miércoles, 25 de julio de 2012

Daimiel..pueblo de brujas

 Falsas acusaciones, vuelos nocturnos, pactos con el diablo, desagradables ungüentos, malignos hechizos, profanaciones varias… A lo largo de los siglos XVI y XVII, la localidad manchega de Daimiel se convirtió en el epicentro de siniestros procesos relacionados con la brujería. Lo que viene a continuación es solo un pequeño recordatorio de aquellos tiempos de oscurantismo, en los cuales tuvieron lugar macabros hechos que han trascendido hasta nuestros días. No por casualidad, se acuñó para dicha población el sobrenombre de «el pueblo de las brujas».     

Según los documentos que descansan en el Archivo Histórico Nacional, la primera procesada por brujería en la localidad de Daimiel fue la vecina Juana Ruiz. Atendiendo a lo expuesto por dichos escritos, se trataba de una anciana de 60 años, madre de siete hijos y fama de bruja. Por esta razón, sus vecinos hacían todo lo posible para no cruzarse con ella, evitando así cualquier contacto.
    
Aquellos que declararon contra Juana, la acusaron de salir por la noche a través de su chimenea y, desde el tejado, emprender el vuelo para acudir a tenebrosos aquelarres. Otra de las imputaciones contra la mujer era la de postrarse semidesnuda junto a los nichos del cementerio, mientras robaba huesos de los cadáveres a la luz de un candil, con el fin de utilizarlos en sus malévolos conjuros. Los huesos, dientes y cabellos de los difuntos constituían elementos habituales en la realización de las pócimas brujeriles. Por ejemplo, no era extraño que muchas de estas hechiceras acudieran a los pies de los cadalsos donde yacían los recién ahorcados, para obtener sus restos, llevándose incluso trozos de la soga mortal.
    
Una de las acusaciones que se le hicieron durante el proceso judicial fue la de crear enemistades entre los vecinos, reunirse con otras brujas e, incluso, haber acabado con la vida de niños y embarazadas. En aquella época, Daimiel era una de las poblaciones con mayor tasa de mortalidad de España, por lo que no era de extrañar que las autoridades buscaran desesperadamente algún culpable. Y qué mejor «cabeza de turco» que mujeres con reputación de brujas

No hay comentarios:

Publicar un comentario